Queridos lectores, en medio de esta tragicomedia política a la mexicana, queda claro que el "pueblo bueno y sabio" siempre será el protagonista de nuestra narrativa.
Mientras los ciudadanos intentan seguir adelante, en lo más alto del círculo del poder, se teje un espectáculo digno de una película de enredos.
Ayer, en un episodio que bien podría catalogarse como un capricho legislativo, el Senado de la República aprobó una reforma secundaria al Poder Judicial con un giro digno de los mejores malabaristas: por primera vez en la historia, se aprobó primero en lo particular y luego en lo general. ¿Cómo fue posible semejante hazaña? Pues bien, parece que en su afán de tener el control absoluto, nuestros legisladores oficialistas se hicieron bolas entre tantas leyes, decretos y reformas.
Un simple error de cortesía de Enrique Inzunza, presidente de la Comisión de Estudios Legislativos, desató el caos. Inzunza, quien debería tener experiencia en estos menesteres, confundió leyes, presentando reservas de una que ni siquiera estaba en discusión.
Y mientras el oficialismo seguía adelante como si nada, la oposición, en un acto que bien podría calificarse de cómplice, decidió callar y observar el show.
¿Ahora ya entienden que no hay oposición?
La escena se desarrolló entre confusiones, reservas aprobadas antes de tiempo y un debate que no lograba poner en orden ni a las leyes ni a los senadores.
Mientras tanto, Morena y sus aliados defendían su postura hablando del mandato popular para limpiar el Poder Judicial de ministros y jueces "corruptos" que cómodos utilizar como carnada al pueblo bueno y sabio que no sabe más que aplaudir, porque, según nuestros flamantes políticos, dicen que los jueces actuales solo sirven a intereses de poderes fácticos.
Pero, hay que destacar que, varios de esos ministros fueron propuestos por el mismísimo presidente López Obrador y avalados por los senadores que ahora los descalifican. ¡Qué curioso! ¿Será que no se prestaron al juego de la secta política?
En medio de este desorden, el Panista Ricardo Anaya aprovechó para señalar lo evidente: Morena será la única fuerza que decidirá sobre los candidatos a juzgadores federales, un hecho que los morenistas negaron durante semanas, hasta que lo aceptaron... sin darse cuenta. ¿La respuesta de Manuel Huerta, de Morena? "Mejor canta la de los diez perritos", una frase que, sin duda, pasará a la historia como el símbolo de un debate que dejó más carcajadas que soluciones.
Así es, queridos lectores, en esta tragicomedia legislativa, el oficialismo insiste en controlar todo, y podría ser hasta la libertad de tu expresión.
Hay que tener muy presente que el conductor de televisión Gustavo Macalpin fue despedido en plena transmisión en Mexicali, justo después de criticar al esposo de la gobernadora Morenista Marina del Pilar Ávila.
¿Casualidad o consecuencia directa de sus comentarios? El hecho deja una inquietante pregunta en el aire: ¿Hasta dónde llega el poder político en los medios de comunicación, y quién decide qué se puede decir?
Tal vez, como en el Senado, el verdadero control está en manos de aquellos que menos lo imaginamos.
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