
Hola, queridos lectores. En esta época dorada del oficialismo, donde el "pueblo bueno y sabio" parece estar en un modo automático en defensa a cualquier crítica hacia el gobierno, es rápidamente neutralizada, como si estuviéramos ante un laboratorio programado para generar aplausos.
El último episodio de esta tragicomedia está protagonizado por Omar García Harfuch, el encargado de nuestra seguridad nacional.
Recientemente, el asesinato del presidente municipal de Chilpancingo ha sido, según la "gran inteligencia" de Harfuch, una obra del propio alcalde. Así es, según el genio detrás de la seguridad nacional, el exalcalde decidió que lo mejor era dejarse cortar la cabeza para afectar la imagen del gobierno de Claudia Sheinbaum. "Una buena estrategia, seguramente".
Pues al buen entendedor pocas palabras.
El asesinato del alcalde Arcos cimbró al país y al nuevo gobierno, que apenas lleva días en funciones. y ya tenemos mas complicaciones que cualquier otro gobierno. El cuerpo del presidente municipal apareció desmembrado, su cabeza en el toldo de una camioneta, una imagen que ilustra el empoderamiento de los grupos criminales en la región, la presidenta ha intentado salir al paso de las críticas hacia las autoridades de Guerrero, en particular hacia la gobernadora morenista, Evelyn Salgado.
"Tiene todo nuestro apoyo", afirmó.
Así como también en Sinaloa, al más puro estilo de un guion bien ensayado, cuando la situación se sale de control, llegan los refuerzos: más soldados, más Guardia Nacional, en medio de un estado fallido.
Donde, ante la evidente incompetencia, la fórmula mágica de Morena consiste en proteger al gobernador Rocha.
La comodidad de esta narrativa es asombrosa. Un helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana fue captado en Culiacán, Sinaloa, solicitando paz.
Cabe recordar que ya lo había comentado con anterioridad, el general del Ejército Mexicano, aseguró que el cese a la inseguridad que se vive en Sinaloa, no depende de las fuerzas castrenses, sino de los grupos del crimen organizado.
Pero todo esto que esta sucediendo no sería posible sin el invaluable apoyo del "pueblo bueno y sabio", que aplaude sin cuestionar. Un pueblo en jaque, donde aquel que protesta es considerado el enemigo, y quien juzga es contra.
Mientras tanto, seguimos viendo cómo la responsabilidad es eludida y se nos presentan nuevos villanos para distraernos.
La pregunta es inevitable: ¿Hasta cuándo seguiremos aplaudiendo?
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