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¡López Obrador se equivoca! Opinión de Joaquín López Dóriga.


Recién entregado el bastón que López Obrador llamó de mando a Claudia Sheinbaum, en septiembre del año pasado, le reiteró los cargos en su gobierno: segundo y tercer lugar en la encuesta, líderes del Senado y de Diputados, y del cuarto al sexto, a su gabinete.


Además anunció que había comenzado a elaborar su programa de gobierno con su grupo de intelectuales y moneros orgánicos, Pedro Miguel, Epigmenio Ibarra, Taibo II, El Fisgón, López-Gatell y otros de su estrecho y paellero primer círculo dominical.


Agregó su testamento político y una lista de encargos para terminar sus obras asegurando, inconstitucionalmente, que le dejaría el presupuesto como si su gobierno no terminara el 30 de septiembre, lo que creo que por momentos no tiene claro.


De todo lo anterior, que deja ver que lo de irse a Palenque para no contestar llamadas, es un cuento, cada día manda más señales de un intento de Maximato y que sus pendientes de gobierno, son instrucciones para su sucesora, quien quiera que sea, sobre todo en el caso de Sheinbaum.


A esto agrego las fallidas 20 iniciativas de reformas constitucionales que anunció el 5 de febrero que hoy, a tres sesiones de que termine esta legislatura, ni han dictaminado pero que desde aquel lunes Sheinbaum agregó a su plataforma de campaña y, dijo, a su programa de gobierno, lo que no pudo hacer López Obrador.



De todo lo anterior lo más significativo es lo que le apunté de hacerle su programa de gobierno, como una señal de su continuidad y mando, cuando ella ha tomado la decisión de elaborar el suyo vía el ejercicio que encabeza el exrector de la UNAM; Juan Ramón de la Fuente, a través del desgastante quehacer de coordinar los Diálogos de la Transformación, donde se oyen todas las voces, no solo la de López Obrador y los suyos, con lo que Sheinbaum ha mandado un claro mensaje a los duros y a los opositores.

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