Ciudad de México 26 08 2024 Por Armando J. García; Mientras México atraviesa por uno de los momentos más decisivos en su historia reciente, con reformas que impactan el futuro del Poder Judicial y la estabilidad democrática, decenas de personas se dieron cita en la Macroplaza de Monterrey para mostrar su apoyo a Mario Bezares, participante del programa de televisión La Casa de los Famosos México.
Este contraste plantea una reflexión inquietante: ¿en qué está enfocada la atención de los mexicanos?
En un país donde las reformas propuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, como la reforma al Poder Judicial, generan divisiones profundas, se observa una tendencia preocupante.
La agenda pública parece estar dominada por lo superficial, mientras que temas trascendentales, como la defensa de las instituciones democráticas y la elección presidencial, pasan a segundo plano.
Un ejemplo claro es la actual parálisis en el nombramiento de la sexta magistratura del Tribunal Electoral, responsable de validar la elección presidencial. Con la fecha límite del 3 de septiembre acercándose, no se han admitido juicios de nulidad debido a la falta de este nombramiento.
Este retraso pone en riesgo la legitimidad del proceso electoral, un tema que debería estar en el centro del debate nacional.
Sin embargo, la atención de muchos sigue volcada hacia distracciones mediáticas.
Este dilema nos lleva a preguntarnos: ¿Qué temas son realmente importantes? ¿Es más relevante seguir el drama televisivo de una figura pública, o involucrarnos en los temas que definirán el futuro de nuestra democracia?
El Gobierno de México se prepara para dar un gran salto en términos de reformas estructurales, pero todo gran reto conlleva riesgos.
La pregunta es si los mexicanos están realmente listos y preparados para acompañar a su gobierno legítimo, cuestionando, fiscalizando y participando activamente en el rumbo del país, o si prefieren esperar a que todo "les caiga del cielo".
La realidad es que lo trivial está ganando terreno, y con ello se pierde el espacio para debatir sobre los temas que verdaderamente importan.
La libertad de expresión, la rendición de cuentas y la reforma judicial son temas fundamentales para la salud democrática del país.
No podemos permitir que la distracción colectiva nos haga vulnerables a los riesgos de un gobierno que podría aprovechar la pasividad ciudadana para avanzar agendas que no favorecen a la mayoría.
¿Estamos conscientes de la importancia de defender nuestros derechos y libertades, o hemos caído en la trampa de lo banal?
Es momento de replantear nuestras prioridades.
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